El uso de tecnologías que sirven para médicos y pacientes en tiempos de contención ante el masivo contagio del coronavirus vienen teniendo éxito con el tipo de atención a distancia para atender en primera instancia a los pacientes con posibilidades de portar el COVID-19.
Nos referimos a la Telemedicina que, como su nombre indica, se trata de ir al médico pero sin necesidad de ir hasta el consultorio. Esto es posible gracias al contacto a través de Internet de los médicos y los pacientes: se abre un chat donde aparece un médico asignado con el que el paciente puede chatear y quien puede hacerle las consultas que estime oportunas.
Entre los beneficios que tiene la Telemedicina, es la comodidad de ver y escuchar al médico desde el hogar a través del ordenador o del móvil, con el consiguiente ahorro de tiempo de desplazamiento y de espera.
Si se tiene en cuenta que en determinadas regiones los centros de salud o los hospitales están lejos, una barrera para la atención en pacientes con posibles síntomas del coronavirus, se puede entender bien por qué esta tecnología puede resultar de enorme importancia y a la vez beneficiosa.
Actualmente en China se aconseja a los pacientes buscar ayuda médica a través de la Telemedicina. Para ello, el país asiático reforzó con mecanismos esta atención virtual. Así que gracias a estas tecnologías los médicos pueden consultar con más de un centenar de pacientes al día, lo que supone un aumento del número de casos diarios que manejaban en persona antes del surgimiento de la pandemia del coronavirus.
Siguiendo esta experiencia, Estados Unidos, Medicare y Medicaid ya vienen supervisando los principales programas de salud pública del país emitiendo una variedad de reglas para equipar al sistema sanitario estadounidense con la máxima flexibilidad para responder a la pandemia.
Sin duda que ante las circunstancias extraordinarias creadas por la pandemia las empresas de Telemedicina esperan se mantenga incluso después que pase la crisis del COVID-19.